El sistema nervioso está íntimamente relacionado con el resto de los sistemas. Pero tiene una gran interacción con el sistema digestivo.
El cerebro y el intestino utilizan los mismos neurotransmisores, un ejemplo es la serotonina, esta sustancia se comunica con el cerebro, activándose así los movimientos intestinales, además también se encarga de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo.

Uno de los canales de unión más importantes entre los dos es el nervio vago, un nervio que ocupa el décimo puesto de los conocidos como los doce pares craneales y que se encarga de enervarla faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas y algunas otras vísceras.
Esta demostrado que cuando tenemos un disgusto o un episodio de estrés o miedo, se produce una alteración en nuestro aparato digestivo diarreas, cortes de digestión, gases… Por eso a veces aparecen estos síntomas puntuales, sin una aparente explicación. Se dice que de alguna manera el estomago es nuestro segundo cerebro, aunque no es del todo correcto, lo que sucede es que ante acontecimientos exteriores puede alterarse y en consecuencia alterar su funcionamiento.
Cuando liberamos nuestra columna de subluxaciones vertebrales y por tanto nuestro sistema nervioso fluye como corresponde, desaparecen las interferencias que producen los trastornos sobre estos nervios. Con esto no solo recuperamos bienestar sino que facilitamos un mejor funcionamiento de nuestro aparato digestivo, y eso no solo significa que cambie la frecuencia como que vamos al baño, sino que también puede significar una mejor absorción de todos los nutrientes, aumentando nuestra energía, por lo tanto nuestra salud y la desaparición de esos síntomas tan molestos. Visita a tu quiropráctico!
Comments