¿Porqué puede subluxarse el sacro desde un origen emocional?
Ya que las vértebras sagradas están soldadas juntas, se ajustarán juntas. Constituyen un todo. Subluxan con la rigidez que manifiesto, con mi estrechez mental en relación a ciertas situaciones o ciertas personas, a mi mente cerrada que se rehúsa oír lo que los demás han de decir. Quiero tener el control para sentirme fuerte y en seguridad y, si lo pierdo, voy a estar enfadado, furioso y puedo tener ganas de “pegar una paliza” a alguien por estar tan frustrado y lleno de amargura. Todos estos sentimientos generalmente tienen su origen en mis relaciones afectivas que no siempre van como lo deseo. La comunicación tanto verbal como sexual, es deficiente, por no decir inexistente, y estoy constantemente volviendo a plantear este tema. Tengo la sensación de tener que nadar contra corriente y me siento en un callejón sin salida. Debo de parar un momento y ver claro en mi vida, a reflexionar sobre lo que quiero y edificar una base sólida.
Todos los deseos tienen su origen en el sacro. Si soy capaz de administrarlas bien, si tomo el tiempo de descansar y hacer las cosas que me gustan, el sacro no subluxará. Sin embargo, si vivo culpabilidad, tratándome de perezoso y confrontándome a mis deberes y mi moralidad, juzgando mi conducta “no correcta”, el sacro puede subluxarse fuertemente.
Tengo el derecho de hacer cosas para mí y a veces evadirme, pero debo evitar que esto se vuelva un medio de huida, evitando que me enfrente con mis responsabilidades. En ese momento, la pereza puede no ser benéfica: me mantiene en un estado pasivo de cansancio que me impide ir hacia adelante. Por esto, en casos extremos, también estarán afectados mis pies. El único modo de evitar una subluxación de sacro, es la inmovilidad física y el tiempo.
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